Hoy inauguramos una nueva sección en
el blog donde podrás encontrar una lista de todos los post que vaya publicando
sobre las últimas tendencias relacionadas a la cocina y los temas que la
envuelven que me voy encontrando en libros, páginas web, revistas y en fin en
todas aquellas publicaciones a los que tenga acceso y que con gusto pondré a tu
disposición con la ilusión de que las disfrutes tanto como yo. Si alguno te
llama la atención espero con gusto tus comentarios sobre el tema y sobre todo
si lo pondrías en práctica.
martes, 24 de abril de 2012
Tendencias
jueves, 19 de abril de 2012
Arroz Salvaje Salteado con Cebada y frutos secos… intensidad a todo color
El arroz salvaje como lo conoces en
realidad no es una variedad de arroz, sino el grano resultante de una planta
gramínea de agua que crece de manera silvestre en las tierras pantanosas del
Norte de los Estados Unidos y el Sur de Canadá, el cual era recolectado por los
indios que las habitaban y que los exploradores europeos llamaron como “grano
salvaje” para después ser comercializado como arroz salvaje por su parecida
forma al arroz de grano largo. Tanto en la escuela de cocina donde estudié como
en muchas recetas que he encontrado en libros y la red, este preciado y costoso
producto suele ser combinado con el arroz para balancear su fuerte sabor anuezado,
alternar su textura crocante al paladar, pero sobretodo, para equilibrar el
alto costo que tendría una receta hecha completamente con arroz salvaje.
Buscando opciones para dicha combinación se me ocurrió sustituir el arroz
blanco común muchas veces empleado por cebada perlada, y como lo quería servir
como acompañante de un lomo de cerdo asado, al cual le va exquisitamente los
toques dulces y frutales de los orejones y las pasas, decidí agregárselos a la
mezcla junto con unas almendras fileteadas resultando en un extraordinario y
colorido acompañante que, además de exuberante y delicioso, es realmente
saludable, más bajo en carbohidratos que el arroz común y con un alto contenido
de fibra. Como puedes notar en esta receta, tanto el arroz salvaje como la
cebada perlada son susceptibles a diferentes combinaciones, así que por qué
quedarte siempre con la misma rutina aburrida a la hora de comer, atrévete a
experimentar ingredientes o combinaciones novedosas, seguramente encontrarás
más de una que satisfará tus sentidos y sorprenderá a tus comensales. Bon
appetit.
Ingredientes
½ taza de arroz salvaje
½ taza de cebada perlada
¼ taza de orejones de albaricoques
picaditos
¼ taza de pasas negras
¼ taza de pimentón picadito (puede
ser rojo, verde o una combinación de ambos)
2 echalotes picaditos
1 ají dulce grandecito picadito
¼ taza de ciboulette picadito
¼ de almendras fileteadas tostadas
1 cucharadita de miel
1 pizca de azúcar
1 ½ cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta
Preparación
En dos cacerolas, por separado,
coloca el arroz salvaje y la cebada perlada junto con 4 tazas de agua para cada
una, cubre con las tapas y enciende el fuego a temperatura media alta hasta que
arranquen a hervir, luego agrega 1 ½ cucharaditas de sal aproximadamente a cada
una de ellas o hasta que el agua esté ligeramente salada; baja el fuego y
cocina la cebada por unos 40 a 45 minutos y el arroz salvaje por unos 50 a 60
minutos o hasta que la concha marrón que lo recubre se abra y exponga su
interior de color blanco muy parecido al arroz común. Transcurrido ese tiempo
cuela ambas preparaciones y pásalas por suficiente agua corriente (fría) para
detener la cocción, quitar el exceso de almidón y se enfríen. Déjalos escurrir
muy bien sobre un colador hasta que no drenen más líquidos, puedes hacer esta
última operación mezclando ambos ingredientes en el colador.
Una vez estén bien sequitos, puedes
proceder a calentar un wok o un sartén antiadherente grande a fuego medio, ya
caliente agrega el pimentón, los echalotes y el ají dulce picaditos y saltea
tus vegetales por un minuto, agrega la mezcla de arroz salvaje y cebada al
sartén y saltea la preparación removiendo constantemente unos tres a cuatro
minutos. A continuación agrega las pasas, los albaricoques la miel y la pizca
de azúcar y sigue removiendo unos minutos más hasta que todo esté bien caliente
y a la misma temperatura. Retira del fuego, agrega las almendras fileteadas, el
cebollín, pimienta y rectifica el punto de sal. Puedes servirlo de inmediato o
a temperatura ambiente y es un buen acompañante para ser servido junto a carnes
de ave, cerdo o res.
Rinde de 6 a 8 porciones
Etiquetas:
acompañantes,
ají dulce,
albaricoques,
almendras,
arroz salvaje,
cebada,
ciboulette,
de fiesta,
echalote,
la lonchera,
para llevar,
pasas,
recetas,
salteados
martes, 17 de abril de 2012
Baba Ghannouj… una fuerte contrincante del Hummus
De todas las cremas (dips) de la
comida árabe y del medio oriente, para mí esta es una de las más deliciosas,
hecha a partir de berenjenas asadas en la hornilla las cuales le aportan un sabor
dulce y ahumado, mezcladas con tahine, ajo, aceite de oliva y en muchos de los
países árabes donde la hacen, acostumbran incluso a servirla con semillas y el
zumo de una granada por encima. En mi mesa nunca falta a la hora de servir unos
tentempiés sanos y sabrosos junto con unos triangulitos tostados de pita árabe
integral. Puedes untar con ella un sándwich de roast beef o una hamburguesa
para darle un toque diferente o complementar una cena tradicional con tabule y
kibbe para velada temática del medio oriente. La creencia popular de estos
países dice que esta crema es dulce y seductora a tal punto que es difícil
resistirse a dejar de comerla y que las mujeres que la consumen regularmente
adquieren las mismas características de dulzura y seducción. No sé hasta qué punto
esto será del todo cierto lo que sí puedo asegurarte es que no podrás dejar de
comerla.
Ingredientes
2 berenjenas medianas
1 diente de ajo
1 cucharadita de tahine (pasta de
ajonjolí árabe)
1 cucharadita de zumo de limón
1 cucharadita de aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
Comino en polvo al gusto (opcional)
Preparación
Lava tus berenjenas y colócalas
directamente sobre el fuego en la hornilla de la cocina, sin retirarles la
piel. Ásalas hasta que estén bien negritas y luego déjalas reposar unos 10
minutos. Con mucho cuidado retira toda la piel de las mismas, corta el tallo y
coloca la pulpa en el procesador de alimentos junto con el resto de los
ingredientes. Procesa tu crema hasta obtener una consistencia sedosa pero con
algo de textura, trasvásala a un contenedor y refrigérala bien tapadita hasta
que la vayas a usar. Al momento de servirla, puedes agregar aceite de oliva por
encima de tu crema y espolvorearla con páprika.
Rinde 2 tazas
Etiquetas:
aceite de oliva,
ajo,
berenjenas,
comino,
con el procesador,
de fiesta,
especias,
la lonchera,
no lo compres,
para llevar,
recetas,
salsas,
snacks,
tahine,
técnicas,
vegetales
jueves, 12 de abril de 2012
Carne Estofada con Batatas… el horno hace la diferencia
Son muchos los que conozco, sobre
todo en Venezuela, que no escapan de usar una olla de presión para guisar carne.
¿Las razones? muchas, entre ellas la falta de tiempo para cocinar y lo duro que
es el corte de carne que se utiliza. ¿Son esas las tuyas? porque han sido las
mías hasta ahora.
Normalmente uso cortes de carne para guisar
como el lagarto (osobuco), el pecho de res o el solomo abierto los cuales tienen
dos buenas ventajas, son baratos y tienen mucho gusto gracias a esas vetas
blancas y delgadas de grasa entretejidas que se ven en la carne (marmoleada) pero,
en contraposición suelen ser duras por lo que llevan mucho tiempo cocinarlas
para ablandarse, es ahí donde salía a relucir mi olla de presión. Lo que nunca
me imaginé es el aroma con que impregnaría mi casa abriendo el apetito de todos
y el sabor único que resultaría de un estofado hecho en el horno, en fin, no
sabía lo que me estaba perdiendo. He pasado horas metida de cabeza en libros de
cocina estudiando y comparando técnicas e ingredientes de muchas recetas y
cuando llegaba al tema de los estofados tendía a pasar la página con la
creencia de que no sería realmente diferente y que por lo tanto no me tomaría
todo ese tiempo para cocinar una simple carne guisada. ERROR (en negritas y en mayúsculas como lo ven), ahora entiendo por
qué tantos libros no podían estar equivocados y sobretodo por qué la escuela de
cocina on-line de Cook´s Illustrated, donde estoy tomando algunas clases y de
la cual tomé y adapte esta receta con ingredientes que podemos encontrar en
nuestros supermercados, no en vano lo llama “El mejor estofado de carne” (The
Best Beef Stew).
Si tienen la oportunidad de tomarse
un Domingo para dedicarle un ratito nada más para la preparación de esta carne,
la cual es muy sencilla, y después realizar cualquier otra cosa mientras la
carne se cocina solita en el horno no la desaprovechen y prueben esta técnica,
el resultado es realmente delicioso. La receta original llevaba cebollitas
perla (difíciles de conseguir en Venezuela), harina para espesar y papas, en su
lugar le agregue batatas las cuales aportarán la ración de carbohidratos en
mejores proporciones que la papa, la dulzura de las cebollitas y contribuirán
junto con la gelatina sin sabor a espesar la salsa sin necesidad de agregar la
harina.
Ingredientes
1,8 kg de pecho de res cortada en
cubos parejos de 5 x 5 cm*
3 filetes de anchoas picadas bien
pequeñita para obtener casi una pasta
1 cucharada de pasta de tomate
2 ajos grandes picados fino o
triturados
1 cebolla grande picada en julianas
finas
4 zanahorias medianas cortadas en
trozos de 2,5 cm
4 batatas medianas peladas y
cortadas en 6 porciones
1 taza de guisantes congelados
2 tazas de vino tinto suave
2 cucharadas de aceite vegetal
2 tazas de caldo de pollo bajo en
sodio
2 hojas de laurel
4 ramitas de tomillo
100 gr de tocineta entera
2 cucharaditas de gelatina sin sabor
½ taza de agua
Sal y pimienta al gusto
Preparación
Coloca la rejilla del horno en el
nivel medio y precalienta el horno a 300°F, coloca la carne picada sobre una
rejilla para que pierda un poco el frío y escurra los líquidos sobre una
bandeja de hornear, junta en un tazón
pequeño las anchoas picaditas, el ajo y la pasta de tomate mezclándolo muy bien
hasta obtener una pasta y resérvala. Saca los guisantes del congelador y
déjalos descongelándose en otro tazón.
Pon a calentar a fuego medio alto
una olla grande preferiblemente de hierro y pesada (cocote*) durante unos
minutos hasta que esté bien caliente, mientras tanto con la ayuda de unas toallas
de papel absorbente seca muy bien la
superficie de la carne para eliminar la humedad exterior que contenga que evita que un mejor color dorado al
momento de sellar la misma, una vez caliente la olla agrega 1 cucharada de
aceite vegetal y a continuación la mitad o un tercio de la carne a la cacerola,
distribuyendo muy bien la carne por toda la superficie, evita agregar demasiada
carne a la vez porque bajara mucho la temperatura y en vez de sellar tu carne y
obtener un hermoso color dorado, sólo lograrás que se desplieguen los jugos de
la misma llenando el fondo de tu cacerola de líquidos sancochándola sin poder
obtener color alguno. Ya dorada por abajo dale la vuelta y sigue el proceso
hasta que esté bien doradita por todos los lados, retírala de la olla, resérvala
en un tazón. Agrega la segunda cucharada de aceite y el resto de la carne para
repetir el mismo proceso, mientras terminas de dorar la carne, una vez dorada el
resto de la carne, baja el fuego a medio y devuelve la carne anterior a la olla
junto con los líquidos recolectados para seguir con la preparación.
Incorpora la cebolla y la zanahoria
a la carne y removiendo constantemente cocina los vegetales un par de minutos
raspando el fondo de la olla con la cuchara de palo para despegar cualquier
trocito de carne que pudiera estar adherido al fondo, agrega la pasta que
hiciste con las anchoas y mezcla todo muy bien permitiendo que se cueza unos
segundos hasta que sientas la fragancia del ajo. Ahora incorpora el vino y
aumenta la temperatura, sigue removiendo constantemente la preparación para desglasar
el fondo de la olla y mantenlo así hasta evaporar 2 tercios del vino, una vez
reducido el líquido, agrega el caldo de pollo, el laurel, el tomillo, la
tocineta entera y espera que hierva, llegado el punto de ebullición, tapa tu
cacerola, retírala del fuego y pásala inmediatamente al horno previamente caliente.
Cuece la preparación por un lapso de 2 horas.
Transcurrido este tiempo, retira del
horno la olla y descarta las hojas de laurel y la tocineta, agrega las batatas picadas,
si te hace falta un poco más de líquido agrega un poco de agua y devuelve la
olla tapada al horno. Cocina de 20 a 25 minutos o hasta que las batatas estén
un poco suaves pero no del todo cocidas. Aprovecha este último lapso de tiempo
para hidratar la gelatina en la ½ taza de agua a temperatura ambiente.
Para terminar el guiso, pasa de
nuevo la olla a la hornalla de la cocina, con la ayuda de una cuchara grande
retira el exceso de grasa que hay en la superficie, incorpora los guisantes, la gelatina hidratada,
pimienta, rectifica la sal y sigue la cocción unos 3 minutos más a fuego alto.
Retíralo del fuego y sirve de inmediato.
Rinde de 6 a 8 porciones
*Una cocote como se le conoce en
Francia, es una olla de hierro pesada y esmaltada en su interior que se usa
tradicionalmente para estofar y brasear preparaciones de la cocina clásica.
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