Hoy inauguramos una nueva sección en
el blog donde podrás encontrar una lista de todos los post que vaya publicando
sobre las últimas tendencias relacionadas a la cocina y los temas que la
envuelven que me voy encontrando en libros, páginas web, revistas y en fin en
todas aquellas publicaciones a los que tenga acceso y que con gusto pondré a tu
disposición con la ilusión de que las disfrutes tanto como yo. Si alguno te
llama la atención espero con gusto tus comentarios sobre el tema y sobre todo
si lo pondrías en práctica.
martes, 24 de abril de 2012
Tendencias
jueves, 19 de abril de 2012
Arroz Salvaje Salteado con Cebada y frutos secos… intensidad a todo color
El arroz salvaje como lo conoces en
realidad no es una variedad de arroz, sino el grano resultante de una planta
gramínea de agua que crece de manera silvestre en las tierras pantanosas del
Norte de los Estados Unidos y el Sur de Canadá, el cual era recolectado por los
indios que las habitaban y que los exploradores europeos llamaron como “grano
salvaje” para después ser comercializado como arroz salvaje por su parecida
forma al arroz de grano largo. Tanto en la escuela de cocina donde estudié como
en muchas recetas que he encontrado en libros y la red, este preciado y costoso
producto suele ser combinado con el arroz para balancear su fuerte sabor anuezado,
alternar su textura crocante al paladar, pero sobretodo, para equilibrar el
alto costo que tendría una receta hecha completamente con arroz salvaje.
Buscando opciones para dicha combinación se me ocurrió sustituir el arroz
blanco común muchas veces empleado por cebada perlada, y como lo quería servir
como acompañante de un lomo de cerdo asado, al cual le va exquisitamente los
toques dulces y frutales de los orejones y las pasas, decidí agregárselos a la
mezcla junto con unas almendras fileteadas resultando en un extraordinario y
colorido acompañante que, además de exuberante y delicioso, es realmente
saludable, más bajo en carbohidratos que el arroz común y con un alto contenido
de fibra. Como puedes notar en esta receta, tanto el arroz salvaje como la
cebada perlada son susceptibles a diferentes combinaciones, así que por qué
quedarte siempre con la misma rutina aburrida a la hora de comer, atrévete a
experimentar ingredientes o combinaciones novedosas, seguramente encontrarás
más de una que satisfará tus sentidos y sorprenderá a tus comensales. Bon
appetit.
Ingredientes
½ taza de arroz salvaje
½ taza de cebada perlada
¼ taza de orejones de albaricoques
picaditos
¼ taza de pasas negras
¼ taza de pimentón picadito (puede
ser rojo, verde o una combinación de ambos)
2 echalotes picaditos
1 ají dulce grandecito picadito
¼ taza de ciboulette picadito
¼ de almendras fileteadas tostadas
1 cucharadita de miel
1 pizca de azúcar
1 ½ cucharadas de aceite de oliva
Sal y pimienta
Preparación
En dos cacerolas, por separado,
coloca el arroz salvaje y la cebada perlada junto con 4 tazas de agua para cada
una, cubre con las tapas y enciende el fuego a temperatura media alta hasta que
arranquen a hervir, luego agrega 1 ½ cucharaditas de sal aproximadamente a cada
una de ellas o hasta que el agua esté ligeramente salada; baja el fuego y
cocina la cebada por unos 40 a 45 minutos y el arroz salvaje por unos 50 a 60
minutos o hasta que la concha marrón que lo recubre se abra y exponga su
interior de color blanco muy parecido al arroz común. Transcurrido ese tiempo
cuela ambas preparaciones y pásalas por suficiente agua corriente (fría) para
detener la cocción, quitar el exceso de almidón y se enfríen. Déjalos escurrir
muy bien sobre un colador hasta que no drenen más líquidos, puedes hacer esta
última operación mezclando ambos ingredientes en el colador.
Una vez estén bien sequitos, puedes
proceder a calentar un wok o un sartén antiadherente grande a fuego medio, ya
caliente agrega el pimentón, los echalotes y el ají dulce picaditos y saltea
tus vegetales por un minuto, agrega la mezcla de arroz salvaje y cebada al
sartén y saltea la preparación removiendo constantemente unos tres a cuatro
minutos. A continuación agrega las pasas, los albaricoques la miel y la pizca
de azúcar y sigue removiendo unos minutos más hasta que todo esté bien caliente
y a la misma temperatura. Retira del fuego, agrega las almendras fileteadas, el
cebollín, pimienta y rectifica el punto de sal. Puedes servirlo de inmediato o
a temperatura ambiente y es un buen acompañante para ser servido junto a carnes
de ave, cerdo o res.
Rinde de 6 a 8 porciones
Etiquetas:
acompañantes,
ají dulce,
albaricoques,
almendras,
arroz salvaje,
cebada,
ciboulette,
de fiesta,
echalote,
la lonchera,
para llevar,
pasas,
recetas,
salteados
martes, 17 de abril de 2012
Baba Ghannouj… una fuerte contrincante del Hummus
De todas las cremas (dips) de la
comida árabe y del medio oriente, para mí esta es una de las más deliciosas,
hecha a partir de berenjenas asadas en la hornilla las cuales le aportan un sabor
dulce y ahumado, mezcladas con tahine, ajo, aceite de oliva y en muchos de los
países árabes donde la hacen, acostumbran incluso a servirla con semillas y el
zumo de una granada por encima. En mi mesa nunca falta a la hora de servir unos
tentempiés sanos y sabrosos junto con unos triangulitos tostados de pita árabe
integral. Puedes untar con ella un sándwich de roast beef o una hamburguesa
para darle un toque diferente o complementar una cena tradicional con tabule y
kibbe para velada temática del medio oriente. La creencia popular de estos
países dice que esta crema es dulce y seductora a tal punto que es difícil
resistirse a dejar de comerla y que las mujeres que la consumen regularmente
adquieren las mismas características de dulzura y seducción. No sé hasta qué punto
esto será del todo cierto lo que sí puedo asegurarte es que no podrás dejar de
comerla.
Ingredientes
2 berenjenas medianas
1 diente de ajo
1 cucharadita de tahine (pasta de
ajonjolí árabe)
1 cucharadita de zumo de limón
1 cucharadita de aceite de oliva
Sal y pimienta al gusto
Comino en polvo al gusto (opcional)
Preparación
Lava tus berenjenas y colócalas
directamente sobre el fuego en la hornilla de la cocina, sin retirarles la
piel. Ásalas hasta que estén bien negritas y luego déjalas reposar unos 10
minutos. Con mucho cuidado retira toda la piel de las mismas, corta el tallo y
coloca la pulpa en el procesador de alimentos junto con el resto de los
ingredientes. Procesa tu crema hasta obtener una consistencia sedosa pero con
algo de textura, trasvásala a un contenedor y refrigérala bien tapadita hasta
que la vayas a usar. Al momento de servirla, puedes agregar aceite de oliva por
encima de tu crema y espolvorearla con páprika.
Rinde 2 tazas
Etiquetas:
aceite de oliva,
ajo,
berenjenas,
comino,
con el procesador,
de fiesta,
especias,
la lonchera,
no lo compres,
para llevar,
recetas,
salsas,
snacks,
tahine,
técnicas,
vegetales
jueves, 12 de abril de 2012
Carne Estofada con Batatas… el horno hace la diferencia
Son muchos los que conozco, sobre
todo en Venezuela, que no escapan de usar una olla de presión para guisar carne.
¿Las razones? muchas, entre ellas la falta de tiempo para cocinar y lo duro que
es el corte de carne que se utiliza. ¿Son esas las tuyas? porque han sido las
mías hasta ahora.
Normalmente uso cortes de carne para guisar
como el lagarto (osobuco), el pecho de res o el solomo abierto los cuales tienen
dos buenas ventajas, son baratos y tienen mucho gusto gracias a esas vetas
blancas y delgadas de grasa entretejidas que se ven en la carne (marmoleada) pero,
en contraposición suelen ser duras por lo que llevan mucho tiempo cocinarlas
para ablandarse, es ahí donde salía a relucir mi olla de presión. Lo que nunca
me imaginé es el aroma con que impregnaría mi casa abriendo el apetito de todos
y el sabor único que resultaría de un estofado hecho en el horno, en fin, no
sabía lo que me estaba perdiendo. He pasado horas metida de cabeza en libros de
cocina estudiando y comparando técnicas e ingredientes de muchas recetas y
cuando llegaba al tema de los estofados tendía a pasar la página con la
creencia de que no sería realmente diferente y que por lo tanto no me tomaría
todo ese tiempo para cocinar una simple carne guisada. ERROR (en negritas y en mayúsculas como lo ven), ahora entiendo por
qué tantos libros no podían estar equivocados y sobretodo por qué la escuela de
cocina on-line de Cook´s Illustrated, donde estoy tomando algunas clases y de
la cual tomé y adapte esta receta con ingredientes que podemos encontrar en
nuestros supermercados, no en vano lo llama “El mejor estofado de carne” (The
Best Beef Stew).
Si tienen la oportunidad de tomarse
un Domingo para dedicarle un ratito nada más para la preparación de esta carne,
la cual es muy sencilla, y después realizar cualquier otra cosa mientras la
carne se cocina solita en el horno no la desaprovechen y prueben esta técnica,
el resultado es realmente delicioso. La receta original llevaba cebollitas
perla (difíciles de conseguir en Venezuela), harina para espesar y papas, en su
lugar le agregue batatas las cuales aportarán la ración de carbohidratos en
mejores proporciones que la papa, la dulzura de las cebollitas y contribuirán
junto con la gelatina sin sabor a espesar la salsa sin necesidad de agregar la
harina.
Ingredientes
1,8 kg de pecho de res cortada en
cubos parejos de 5 x 5 cm*
3 filetes de anchoas picadas bien
pequeñita para obtener casi una pasta
1 cucharada de pasta de tomate
2 ajos grandes picados fino o
triturados
1 cebolla grande picada en julianas
finas
4 zanahorias medianas cortadas en
trozos de 2,5 cm
4 batatas medianas peladas y
cortadas en 6 porciones
1 taza de guisantes congelados
2 tazas de vino tinto suave
2 cucharadas de aceite vegetal
2 tazas de caldo de pollo bajo en
sodio
2 hojas de laurel
4 ramitas de tomillo
100 gr de tocineta entera
2 cucharaditas de gelatina sin sabor
½ taza de agua
Sal y pimienta al gusto
Preparación
Coloca la rejilla del horno en el
nivel medio y precalienta el horno a 300°F, coloca la carne picada sobre una
rejilla para que pierda un poco el frío y escurra los líquidos sobre una
bandeja de hornear, junta en un tazón
pequeño las anchoas picaditas, el ajo y la pasta de tomate mezclándolo muy bien
hasta obtener una pasta y resérvala. Saca los guisantes del congelador y
déjalos descongelándose en otro tazón.
Pon a calentar a fuego medio alto
una olla grande preferiblemente de hierro y pesada (cocote*) durante unos
minutos hasta que esté bien caliente, mientras tanto con la ayuda de unas toallas
de papel absorbente seca muy bien la
superficie de la carne para eliminar la humedad exterior que contenga que evita que un mejor color dorado al
momento de sellar la misma, una vez caliente la olla agrega 1 cucharada de
aceite vegetal y a continuación la mitad o un tercio de la carne a la cacerola,
distribuyendo muy bien la carne por toda la superficie, evita agregar demasiada
carne a la vez porque bajara mucho la temperatura y en vez de sellar tu carne y
obtener un hermoso color dorado, sólo lograrás que se desplieguen los jugos de
la misma llenando el fondo de tu cacerola de líquidos sancochándola sin poder
obtener color alguno. Ya dorada por abajo dale la vuelta y sigue el proceso
hasta que esté bien doradita por todos los lados, retírala de la olla, resérvala
en un tazón. Agrega la segunda cucharada de aceite y el resto de la carne para
repetir el mismo proceso, mientras terminas de dorar la carne, una vez dorada el
resto de la carne, baja el fuego a medio y devuelve la carne anterior a la olla
junto con los líquidos recolectados para seguir con la preparación.
Incorpora la cebolla y la zanahoria
a la carne y removiendo constantemente cocina los vegetales un par de minutos
raspando el fondo de la olla con la cuchara de palo para despegar cualquier
trocito de carne que pudiera estar adherido al fondo, agrega la pasta que
hiciste con las anchoas y mezcla todo muy bien permitiendo que se cueza unos
segundos hasta que sientas la fragancia del ajo. Ahora incorpora el vino y
aumenta la temperatura, sigue removiendo constantemente la preparación para desglasar
el fondo de la olla y mantenlo así hasta evaporar 2 tercios del vino, una vez
reducido el líquido, agrega el caldo de pollo, el laurel, el tomillo, la
tocineta entera y espera que hierva, llegado el punto de ebullición, tapa tu
cacerola, retírala del fuego y pásala inmediatamente al horno previamente caliente.
Cuece la preparación por un lapso de 2 horas.
Transcurrido este tiempo, retira del
horno la olla y descarta las hojas de laurel y la tocineta, agrega las batatas picadas,
si te hace falta un poco más de líquido agrega un poco de agua y devuelve la
olla tapada al horno. Cocina de 20 a 25 minutos o hasta que las batatas estén
un poco suaves pero no del todo cocidas. Aprovecha este último lapso de tiempo
para hidratar la gelatina en la ½ taza de agua a temperatura ambiente.
Para terminar el guiso, pasa de
nuevo la olla a la hornalla de la cocina, con la ayuda de una cuchara grande
retira el exceso de grasa que hay en la superficie, incorpora los guisantes, la gelatina hidratada,
pimienta, rectifica la sal y sigue la cocción unos 3 minutos más a fuego alto.
Retíralo del fuego y sirve de inmediato.
Rinde de 6 a 8 porciones
*Una cocote como se le conoce en
Francia, es una olla de hierro pesada y esmaltada en su interior que se usa
tradicionalmente para estofar y brasear preparaciones de la cocina clásica.
martes, 27 de marzo de 2012
Ensalada de Bacalao a la parrilla… una opción fresca para el verano
En estos días de tanto calor lo que
más provoca es comer platos refrescantes con cocciones rápidas o al aire libre
y, aunque también son días lluviosos para los venezolanos, siempre encontramos
la manera a veces improvisando “techos”
para la parrilla y otros, como yo, que la hacen incluso dentro de casa,
buscando métodos con los cuales aprovechar el fuego sin el humo del carbón. En
mi memoria hay más de un recuerdo de ver a un familiar junto a la parrillera
con un paraguas para no mojarse ni él ni la comida. Bueno no sé cuál sea tu
caso o si en tu país no llueve en verano, lo que sí sé es que puedes hacer esta
ensalada con el pescado recién salido de la parrilla o aprovechar lo que sobró
para hacerla al día siguiente y, junto con unas tostadas de casabe, tener un
almuerzo fresco, ligero y diferente. Soy amante del bacalao pero siéntete en
libertad de cambiarlo por cualquier otro que te guste más, sólo ásalo y
desprende su carne en lascas grandes para luego mezclarlo con unos vegetales,
huevo cocido, un buen aceite de oliva y vinagre. Disfruta de ella en la
oficina, en la playita o en un día de campo aprovechando lo que quedó de esta
parrillita, sin desperdiciar nada.
Ingredientes
1 lomo de bacalao a la parrilla o lo
que te haya sobrado del día anterior
3 tomates cherry
¼ de aguacate
1 a ½ tazas de antipasto de caraotas
mixtas
2 huevos cocidos
Aceite de oliva y vinagre al gusto
Sal y pimienta al gusto
Opcional: puedes agregar unas
aceitunas negras y completar la influencia mediterránea de esta ensalada,
además de cambiar el vinagre de vino blanco por vinagre balsámico.
Preparación
Separa la carne del pescado en
trozos grandes y resérvalo. Pica el aguacate en cubos grandes, los tomates al
medio o en cuartos al igual que los huevos, como tú prefieras, y mézclalos con
el antipasto en un tazón grande junto con la sal, la pimienta, las aceitunas si
las usas y el bacalao.
Rinde 2 porciones
Etiquetas:
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aguacate,
bacalao,
caraotas,
ensaladas,
huevos,
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tomate
lunes, 26 de marzo de 2012
Filet Mignon con Champiñones al Oporto… alianza Franco-Portuguesa
Shhh!!! Me atrevo a decirte que son pocos los
cocineros que no tienen como objetivo alguna vez en su vida lucirse con un
plato que incluya el filet mignon, pero no se lo digas porque probablemente lo
guarde en secreto. Si bien este es el corte de carne más blando, lujoso y relacionado
con la alta cocina del mundo, en especial la francesa, no deja de ser un
clásico de bistró servido con las tan populares papas fritas, de las cuales hoy
se discute su origen. Envueltos o no en tocineta, los medallones de lomito se
prestan para combinarlos con infinidad de ingredientes en ricas salsas que
puedes hacer rápidamente en el sartén al momento de cocinarlos. Lo único
importante que debes tomar en cuenta para prepararlos con éxito es dorarlos
relativamente rápido, retirarlos y mantenerlos calientes en un horno a
temperatura media por unos minutos, mientras preparas la salsa en el sartén
donde los doraste. Seguramente te pasará como a mí, tendrás que practicar unas
cuantas veces, pero luego podrás lucirte con cualquier invitado a comer en tu
casa y, en el mejor de los casos, no tendrás que estar 24 horas en la cocina
para servirle un banquete espectacular. Acompáñalos con una ensalada verde y unas ricas batatas gratinadas que te darán tiempo de echarte un bañito y arreglarte mientras se
cuecen en el horno, para luego sólo
dedicarte a la carne sin estar pendiente de otra hornilla en la cocina.
Ingredientes
4 medallones de lomito de entre
180gr a 200gr cada uno
200gr de champiñones cortados en
láminas delgadas
1 cebolla pequeña picada en
cuadritos lo más pequeños posibles
½ taza de vino de Oporto
½ taza de caldo de res
2 cucharadas de mantequilla + 2 cucharadas de mantequilla muy fría (helada)
Aceite vegetal para dorar la carne
Sal y pimienta al gusto
Preparación
Unos 15 a 20 minutos antes de cocer
tu carne, retira los medallones de la nevera y de la envoltura plástica,
colócalos en un plato sobre unas 3 a 4 hojas de papel de cocina y luego
cúbrelos con un par de hojas más de papel, presionándolas ligeramente sobre la
carne para que se adhieran a la superficie. Déjalos así con el papel a
temperatura ambiente para que pierdan el frío de la refrigeración y para que el
papel absorba toda la humedad que tengan, este proceso te ayudará a obtener un
buen dorado de la carne al momento de la cocción y no bajará en exceso la
temperatura de tu sartén al colocarlos en ella. Por otro lado, enciende el
horno y deja que caliente todo este tiempo para tenerlo a punto al momento que
lo requieras para mantener la carne caliente, la otra opción que puedes usar es
calentar muy bien una bandejita de horno o un plato en el microondas, una vez
lista la carne colócala sobre el plato caliente y tápalo con papel aluminio,
resérvalo en un lugar cercano al calor de la cocina.
Transcurrido este tiempo, coloca al
fuego un sartén grande y permite que se caliente muy bien por unos minutos a
fuego medio alto, mientras tanto retira todos los papeles de cocina de tus
medallones, sazona con sal y pimienta y úntalos con un poco de aceite por ambos
lados, por otro lado disuelve la maicena en el caldo de carne frío y resérvalo
hasta el momento de usarlo. Ya lista la sartén, agrega un poquito más de aceite
y coloca tus medallones tratando de no llenar demasiado tu olla, si la que usas
es pequeña tendrás que dorar tu carne por tandas, debe quedar un buen espacio
entre uno y otro para que no baje mucho la temperatura y se cuezan en vez de
sellarse y dorarse, deja que la carne dore por unos 6 a 8 minutos por lado sin
moverlos de sitio ni estar levantándolos constantemente para ver su color
porque la manipulación hará que la carne suelte sus jugos en vez de retenerlos
una vez más, afectando el proceso de dorado. Pasados estos minutos, dale la
vuelta a tus medallones y una vez más dóralos por el otro lado sin tocarlos. Ya
lista la carne retírala del sartén y resérvala caliente con cualquiera de los
métodos que te describí anteriormente.
Pon de vuelta el sartén al fuego (sin
limpiarla), baja ligeramente el fuego agrega 2 cucharadas de mantequilla y luego la cebolla
picadita, con la ayuda de la cuchara de madera y gracias a los jugos que suelta
la cebolla te será muy fácil ir raspando todos los restos de carne que hayan
quedado pegados en el fondo, los cuales llenaran de sabor tu salsa, deja cocer
la cebolla hasta que este ligeramente transparente, ahora agrega los
champiñones y saltéalos ligeramente, incorpora el vino de oporto y cuece todo
hasta que casi se hayan evaporado todos los líquidos del sartén. En este punto
agrega el caldo, sal, pimienta y termina de cocer tu salsa hasta
que espese ligeramente,
ya con la consistencia deseada retírala del fuego.
Agrega una cucharada de mantequilla helada a la salsa en el sartén removiendo constantemente hasta que se disuelva y se incorpore totalmente, seguido, agrega la cucharada restante de mantequilla helada y repite el proceso, eso le dará a tu salsa cuerpo, brillo y una textura sedosa sin necesidad de agregar harina. Una vez lista solo tendrás que rectificar la sal, servir tus
medallones en los plato o la bandeja de servicio y bañarlos con esta rica salsa
oscura de vino y hongos.
Rinde 4 porciones
jueves, 22 de marzo de 2012
Antipasto de caraotas mixtas… una relación ganar-ganar
La forma más sencilla y económica de
agregarle valor nutricional a tus comidas diarias definitivamente es incluir
las legumbres como una fuente sana de proteínas. Puedes disfrutarlas solitas
con un poquito de aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta; hacer de ellas un
antipasto más diverso agregando ajo, perejil, además se hace en un dos por tres.
Si no tienes caraotas precocidas y pimentones asados en la nevera, lo cual
sería un poco más sano y sin tantos conservantes, puedes comprarlos enlatados y
con simplemente con mezclar todo en un tazón tendrás un platillo donde el que
ganas eres tú. Yo por mi parte siempre cuento con este antipasto en la nevera,
si es hora de almuerzo y no he cocinado aún lo mezclo con un tomatico, aguacate
y un atún enlatado, un huevo cocido o queso de cabra. Agrega otras legumbres
como lentejas, garbanzos o incluso mezcla las caraotas blancas con negras y obtén
lo que llamamos en Venezuela una combinación dominó, el límite de colores y
sabores puede ser infinito, sólo deja volar tu imaginación para que te lleve a
lugares que aún no has conocido.
Ingredientes
½ tazas de caraotas blancas
precocidas
½ tazas de carotas rojas precocidas
1 pimentón asado en julianas finas
1 diente de ajo pequeño finamente
picado
½ cucharadita de perejil liso
picadito
Sal, pimienta, aceite de oliva y
vinagre de vino blanco al gusto.
Puedes sustituir el vinagre de vino
por un buen vinagre balsámico y además agregar albahaca y orégano fresco o
seco.
Preparación
Mezcla todo en un tazón y guárdalo
en un recipiente hermético o un lindo frasco de vidrio con tapa en tu nevera. Bien
conservado con la ayuda del aceite y el vinagre tu antipasto puede durarte por
lo menos una semana en el refrigerador.
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lunes, 19 de marzo de 2012
Sopa con hongos y legumbres al jerez… reconfortante en cada bocado.
¿Cuántas veces abres la nevera y a
pesar de tener comida hecha no te provoca comerte eso? A mí no te imaginas cuántas.
En una casa donde siempre se está cocinando previendo ganar tiempo a la hora
del almuerzo por lo que muchas veces tengo listo algo en la nevera, hoy me
provocaba comer algo distinto, pero sobre todo reconfortante, entonces busqué
en mi refrigerador esperando como en una especie de inspiración “divina” a ver
qué conseguía y qué podía hacer con ello. Me topé con un contenedor con dos
tazas de caldo de carne que había descongelado para otra preparación, unas
caraotas blancas precocidas que me sobraron al hacer el antipasto, unos hongos
frescos y ajo porro, el cual nunca falta en mi nevera. Que me disculpen los que
como yo son seguidores de Mafalda pero que, a diferencia de mí, como a ella no
les gusta la sopa, pienso que a la hora de tener hambre (y más que hambre
fatiga) y no hay mucha paciencia para esperar, nada es más reconfortante que un
plato de sopa caliente, hecho en 15 minutos y acompañado de unas tostadas con
queso. Gracias a Dios que también me quedaba un poco de queso de cabra cremoso
y unos tomates cherry, junto al pan
integral, por lo cual decidí que mi almuerzo el día de hoy sería una sopita con
hongos y caraotas blancas al jerez, acompañado de unas bruschettas de queso de
cabra con los tomaticos y orégano fresco. Les digo que el almuerzo quedó
estupendo, pero juzguen ustedes si es que yo tenía demasiada hambre o si en
realidad, después de prepararla ustedes mismos, vale la pena compartirla. Me
encantaría saber cuáles recetas has improvisado y que la compartas con nosotros
a través de este blog.
Ingredientes
2 tazas de caldo de res
½ taza de agua
1 taza de hongos frescos en finas
láminas
1 taza de caraotas blancas
precocidas
1 tallo de ajo porro en rueditas
2 a 3 cucharadas de jerez
Sal y pimienta al gusto
1 cucharada generosa de aceite de
oliva
1 cucharada de mantequilla
1 cucharada de ciboulette picadito
(opcional)
Preparación
Derrite la mantequilla junto con el
aceite de oliva en una cacerolita, agrega el ajo porro y saltéalo por un par de
minutos y agrega los hongos, deja que cuezan por unos 8 minutos removiendo de
vez en cuando, transcurrido ese lapso agrega el caldo, el agua, el jerez y las
caraotas, salpimienta tu sopita y cuécela de 5 a diez minutos más. Sírvela de
inmediato con una cucharadita de ciboulette picadito y acompañada de estas
deliciosas bruschettas.
Variante: puedes sustituir las
caraotas blancas por cebada precocida sólo que en menos cantidad.
Rinde 2 porciones
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viernes, 16 de marzo de 2012
Bruschettas integrales de queso de cabra… ¿qué puede ser más rico que pan, queso, ajo y tomate?
Para mí lo máximo, casi no puedo
vivir sin estos alimentos a mano, un bocadillo a media mañana, acompañar una
sopita o una ensalada, definitivamente es uno de mis pecados. Pero puedes
buscar alternativas para el pan blanco sustituyéndolo por pan integral, tortillas
de trigo integral o casabe, un poco menos dañino para aquellos que como yo
somos gorditos o para los que deben restringir el tipo de carbohidratos que
consumen por razones médicas como la diabetes. Si no te has acostumbrado aún al
sabor del pan integral, esta es una combinación que te ayudará. Con el tiempo,
incluso podrá pasarte como a muchos que terminan por cambiarlo totalmente porque
tiene mucho más sabor y textura que cualquier pan blanco pre-empacado de
calidad media que consigas en el mercado. Puedes usar la hierba aromática que
más te guste, puede ser fresca o deshidratada y también puedes sustituirla por
un queso de cabra que ya la contenga. Lo que si debes tomar en cuenta es que,
además de saber muy bien, un plato que luzca apetitoso por contraste de colores
siempre será más agradable visualmente sin tener que llegar a los extremos de
la alta cocina y eso, amigos míos, es lo que yo llamo la buena vida.
Ingredientes
2 rebanadas de pan integral
4 tomates cherry
8 cucharaditas de queso de cabra
aproximadamente, puedes poner la cantidad que gustes
Orégano fresco
1 diente de ajo sin piel
Sal y pimienta
Aceite de oliva
Preparación
Pica los tomates al medio y luego
rebana cada mitad en cuatro diagonalmente o como te sea más fácil. Tuesta tus
rebanadas de pan y al salir del horno frota ligeramente por una de sus caras un
diente de ajo, pica tus tostadas en cuatro bastones cada una. Con la ayuda de
una espátula y una cucharilla coloca cada porción de queso sobre cada pancito, luego
las rebanadas de medio tomate, un chorrito de aceite de oliva, sal, pimienta y
las hojitas de orégano. Sírvelas como acompañante o como unos deliciosos
abrebocas en cualquier reunión.
Rinde 8 bastoncitos, 2 porciones
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aceite de oliva,
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lunes, 12 de marzo de 2012
Risotto de Cebada con Hongos Salteados y Aceite de Albahaca… una alternativa novedosa
Si eres amante del risotto tanto
como lo soy yo, acá te traigo una receta riquísima y diferente. La cebada, al
igual que el arroz, también es un cereal sólo que no tiene tan alto contenido de azúcares en su
almidón y, por consiguiente, es una alternativa para aquellos que nos gusta un
buen risotto en los momentos en que los carbohidratos cuentan en un plan de
alimentación restringida además ser una opción para quienes que, por problemas
de diabetes, no pueden comer arroz. Es más que perfecta, tiene la misma
cremosidad que desarrolla el arroz arborio en este tipo de cocción, es ligera
para la digestión y queda perfectamente al dente. La combinación de los hongos
salteados y el aceite de albahaca llevan a este clásico de la cocina italiana a
otra dimensión. No dejes de probar cosas nuevas cada vez que puedas,
descubrirás que tu abanico de sabores puede llegar a ser infinito. Espero que
la disfrutes, Bon Appetit.
Ingredientes para el Aceite de
Albahaca
4 cucharadas de aceite de oliva
extra virgen
Albahaca suficiente para llenar una
taza sin presionarla, o ½ taza cuando la conpactas
Ingredientes para el Risotto y los
Hongos Salteados
1 taza de cebada perlada previamente
hidratada*
2 tazas de caldo de pollo
1 ½ tazas de agua
½ cebolla morada mediana
300 gr de hongos**
1 limón pequeño
4 cucharadas de mantequilla sin sal
1 ½
cucharaditas de aceite de oliva
3 ramitas de tomillo
½ taza de vino blanco seco + 2
cucharadas
1 taza de queso parmesano rallado +
queso parmesano rallado para decorar
Sal y pimienta al gusto
*para hidratar la cebada colócala en
un tazón grande y cúbrela con agua por lo menos 3 horas o toda la noche antes
de preparar tu risotto.
**para esta receta utilicé los
tradicionales hongos blancos de botón pero puedes usar hongos portobellos o
cremini, si están a tu disposición en tu supermercado favorito.
Preparación
Cuela y pasa por agua corriente la
cebada dejándola escurrir muy bien, coloca al fuego una cacerolita con el caldo
y una taza y media de agua a fuego bajo. Mientras éste se calienta, pica
finamente la cebolla, rebana la mitad de los hongos en láminas delgadas y la
otra mitad pícala en cuartos u octavos, dependiendo de la variedad de hongos
que estés usando y reserva estos últimos aparte en un tazón.
Para preparar el aceite de albahaca,
coloca tus hojas en el recipiente de un procesador pequeño, o en el vaso de una
licuadora, agrega las 4 cucharadas de aceite y procesa hasta obtener un aceite
verdoso cuidando que las hojas estén trituradas pero no licuadas del todo.
Reserva tu aceite hasta el momento de servir los platos.
Pon al fuego una cacerola grande de
fondo pesado preferiblemente y agrega una cucharada de mantequilla junto con
una cucharadita de aceite de oliva, una vez caliente y derretida la mantequilla
baja la llama a la mitad de la potencia e
incorpora la cebolla, cuécela removiendo constantemente por unos 5 a 8
minutos o hasta que este transparente pero sin dorarse, agrega los hongos
rebanados y un puntito de sal, sigue la cocción hasta que los hongos hayan
reducido de tamaño y cambien su color a marrón dorado. Una vez en este punto
agrega la cebada previamente escurrida, aumenta de nuevo la potencia de la
llama y saltea todo removiendo constantemente por 1 minuto para luego agregar
la ½ taza de vino, cocina unos minutos hasta que prácticamente se evapore.
Ahora empezaremos a agregar la
mezcla de caldo caliente por cucharones, baja el fuego casi al mínimo para que
no se evapore tan rápido y empezamos por incorporar dos cucharones de caldo al
risotto, una vez se haya evaporado casi todo agregas de nuevo uno o dos cucharones
más, siempre removiendo para que no se pegue al fondo y para ayudar a que la
cebada vaya soltando el almidón necesario para la textura final de este
riquísimo plato. Sigue repetida y lentamente la incorporación de líquido
durante más o menos 25 minutos o hasta que tu cebada este al dente y el líquido
se hay reducido lo suficiente hasta obtener la apariencia de un atol de avena.
Entre tanto está lista tu cebada,
coloca al fuego un sartén mediano a fuego moderado y agrega una cucharada de
mantequilla y ½ cucharadita de aceite de oliva, una vez caliente agrega los
hongos picados en cuartos y saltéalos rápidamente y sin remover demasiado para
que no boten líquido hasta que se doren por todos sus lados, ya dorados agrega
las 2 cucharadas de vino blanco restantes, el jugo de medio limón y sal y
pimienta a tu gusto. Al evaporarse por completo el vino retíralos del fuego.
Una vez listo, apaga el fuego,
agrega 1 taza de parmesano rayado, el jugo del medio limón restante, un poquito
de sal y pimienta y remueve para mezclar todo muy bien, si se pone muy espeso
agrega un poquito más de caldo si aún tienes o un poquito de agua, vuelve a
mezclarlo todo y tapa la olla dejando reposar el risotto un par de minutos,
tiempo ideal para preparar los platos de servir colocando unas 2 a 3
cucharaditas de aceite de albahaca en el fondo del plato distribuyéndola por
toda la circunferencia del mismo. Por último agrega dos cucharadas de
mantequilla al risotto una vez transcurrido el tiempo de reposo, remueve hasta
incorporarla completamente, rectifica la sal y sírvelo de inmediato decorando
por encima cada platillo con una porción de hongos salteados, una cucharadita
adicional de aceite de albahaca y parmesano rayado. Si gustas puedes agregar un
poco más de pimienta recién molida.
Rinde 4 porciones
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