viernes, 9 de diciembre de 2011

Tortilla de Bacalao… un magnífico sustituto de la Tortilla Española en cualquier celebración



Si hay un platillo que repito a menudo en casa para servir como pasapalos en cualquier celebración, esa es la Tortilla Española de papas, pero en estos tiempos modernos en los que nos cuidamos más y somos más selectivos a la hora de comer, donde procuramos nivelar las comidas llenas de carbohidratos sustituyéndolos por platillos low carb (bajos en carbohidratos) es precisamente en las fiestas donde encontramos mayor problema a la hora de servir aperitivos que sigan estas características y que sean espectaculares a la vista y el gusto. Después de probar con distintas combinaciones de sabores, la tortilla de bacalao rica en proteínas y muy baja en carbohidratos se ha ganado su puesto como el mejor sustituto a la tortilla española. Y aunque el bacalao no es un pescado popular en Venezuela y por lo tanto considerado como costoso, no lo es más que un salmón ahumado o un buen Jamón Serrano, típico de muchos de los platillos que se sirven de abrebocas un casi todas las fiestas o reuniones celebradas en muchas casas. Además los cortes de bacalao empleados para esta tortilla son los más baratos ya que solo utilizamos las piezas que anteceden la cola y que no sirven para ser servidas enteras como filetes o postas que salen de los lomos de este pescado. Por último un dato no menos importante a la hora de preparar cualquier plato de bacalao si te gusta, es desalar todas las piezas que compres apenas llegas a casa y luego congelarlas listas para usar, así podrás disfrutar de él cuando quieras sin necesidad de pasar por la penosa labor de hacerlo de 2 a 3 días antes del momento de preparación de la receta.

Ingredientes
2 trozos de bacalao delgados cercanos a la cola previamente desalados (1 ¾ a 2 tazas de bacalao desmenuzado)
1 cebolla grande cortada en juliana
1 taza de pimentones asados cortados en tiritas y bien escurridos
1 diente de ajo triturado
¼ taza de perejil liso picadito
5 huevos grandes ligeramente batidos con un tenedor
Sal y pimienta al gusto
2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación
Coloca en una cacerolita tus piezas de bacalao y cúbrelas con agua fría, llévalas al fuego cocínalas por un lapso de 10 minutos, transcurrido el tiempo, cuela el pescado y déjalo enfriar ligeramente para luego con mucho cuidado desmenuzar las piezas en trozos medianos retirando toda la piel y las espinas. Resérvalo. 

Calienta a fuego medio en un sartén mediano de 24 a 25 cm de diámetro el aceite de oliva, agrega las cebollas en juliana y saltéalas por unos 8 minutos hasta que estén transparentes, ahora agrega las lascas de bacalao junto con el ajo triturado y sigue cocinando unos 5 a 8 minutos más, por último agrega el pimentón asado y termina de cocinar tu preparación hasta que quede bien sequita sin ningún tipo de líquido de cocción que te impidan en el futuro que tu tortilla no cuaje por exceso de humedad. Traspasa la preparación a un tazón grande (reserva la sartén tibia sobre fuego bajo, no la laves) y mézclala con el perejil, corrige la sal si te hace falta, según cuanto hayas desalado tu bacalao, y condimenta con pimienta. Por último agrega los huevos batidos y mezcla muy bien hasta que esté todo incorporado.

Engrasa un poquito el sartén de nuevo y regresa esta mezcla, cocina tu tortilla hasta que este apenas dorada por abajo y que se haya cocido al 50%, voltéala para cocerla por el otro lado. Para darle la vuelta a la tortilla los españoles usan un plato de la vajilla diaria de la casa, verás que esa técnica no es tan difícil de realizar y te ahorra el dinero de comprar un sartén doble. Te explico: usando una espátula recorre todo el borde de la tortilla para asegurarte que no esté pegada al sartén, tomas el plato y cubres tu tortilla y con mucho cuidado le das la vuelta para que esta caiga sobre el plato, una vez allí sólo tienes que deslizarla nuevamente al sartén, empujar los bordes hacia adentro para que queden redondeados y terminar de cocerla por esa cara. Una vez lista deslízala con la ayuda de la espátula a un plato limpio de servicio y deja que repose por lo menos unos 15 a 20 minutos antes de cortarla y servirla. 

En casa normalmente la servimos a temperatura ambiente la cual también hace más fácil el proceso de cortarla en bocadillos. Espero que la disfrutes tanto como nosotros y si te quedan algunos bocadillos para el día siguiente, podrás acompañarlos con una ensalada para una comida rápida y ligera. Felices fiestas.

Rinde de 6 a 8 porciones

miércoles, 7 de diciembre de 2011

El Silpat… la mejor inversión que he hecho en mi cocina



El silpat o lámina de silicón antiadherente, es una herramienta muy útil y ampliamente utilizada hoy en día en la cocina, tanto en restaurantes como en casa. Tiene la ventaja de no necesitar usar ningún tipo de grasa sobre ella, y la puedes usar para hornear todo tipo de recetas sobre cualquier bandeja de hornear del mismo tamaño, también como base sobre la cual descansar las galletas cuando las bañas en chocolate y es muy útil a la hora de preparar praliné o decoraciones de caramelo, ya que por su capacidad de antiadherencia no se pega en él mientras se enfrían. Puedes usarlo tanto en horno hasta una temperatura de 249°C o en el congelador hasta una temperatura de -40°C, pero nunca sobre fuego directo. Para mantener en buen estado mi silpat, nunca corto ningún tipo de preparación sobre él y siempre lo envuelvo en papel de seda, lo enrollo y lo guardo en su cajita o dentro de un tubo de cartón de papel absorbo que vaya a descartar. 

Esta es una de mis recetas favoritas donde usar esta maravillosa herramienta Tomates Confitados, pero puedes utilizarla en muchísimas más como por ejemplo a la hora de asar vegetales en el horno como las berenjenas y los calabacines para preparar un antipasto mediterráneo.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Chili de lagarto con caraotas negras… mi versión criolla del chili



El chili es uno de los platos más populares de la comida Tex-Mex y de origen más discutido. Una vertiente asegura que es mexicano, que la palabra “chili” proviene del Náhuatl, un dialecto azteca, que era hecho a base de sobras de comidas anteriores y servido en las cantinas a un precio ínfimo o gratuitamente a los clientes, sobre todo a los forasteros que gustaban de comer algo picante y de sazón mexicana. Según ellos, este platillo nace en Ensenada, México hacia 1880 como resultado de un método de conservación de la poca carne disponible para lugareños de bajos recursos. Otros aseguran que es estadounidense y es creado a partir de carne seca, manteca, chile seco y sal, mezclados y secados a la intemperie sobre ladrillos en una suerte de plato deshidratado, para luego ser hervidos en cazuelas en estaciones y vías ferroviarias. Siendo uno de los platos oficiales del Estado de Texas, Estados Unidos; es difícil determinar cuál sería el origen del chili ya que este estado fue en una época territorio mexicano.
 La receta de chili que te ofrezco hoy es una variante que se me ocurrió después de ver infinidad de versiones, las hay de carne molida y caraotas rojas como el que ya publiqué antes, de pollo o pavo con caraotas blancas y hasta una modalidad sin carne para vegetarianos, lo que sí se repite en cada uno de ellos o en la mayoría, es que es un guiso de cocción prolongada a fuego muy lento, por lo que es ideal la olla de cocción lenta, hecho con tomates, chile, cebollas y ajo especiado con una mezcla de orégano y comino que le da su sabor tan peculiar, servido con salsa tabasco o alguna otra salsa picante. La carne de lagarto es ideal para guisar, tiene mucho gusto y es poco costosa, pero puedes sustituirla por la que más uses para este propósito. En cuanto al picante, a mi familia no le agrada, por lo que suelo hacerlo básicamente con ají dulce, pero siéntete libre de sustituir la cantidad de ají dulce que quieras por ají picante o agregar a tus ingredientes chiles mexicanos secos o enlatados que consigas en comercios de delicateses. Tener chili siempre a mano en el congelador puede ser la solución ideal y saludable para resolver rápidamente algunas de tus comidas, notarás además que con el tiempo mejora y se balancean sus aromas y sabores.
Ingredientes
1 Kg de lagarto sin hueso de preferencia lagarto la reina
3 tazas de caraotas negras precocidas
1 cebolla grande
4 dientes de ajo
1 tallo de cebollín
½ taza de pasta concentrada de tomate
5 ajíes dulces
2 tazas de caldo de res
2 cucharaditas de melao de papelón
1/8 cucharadita de orégano seco molido
¼ cucharadita de comino seco molido
1 ½ cucharadita e sal
Pimienta al gusto
Aceite vegetal para dorar la carne y sofreír los vegetales
Preparación
Pica la carne en tiras delgadas y cortas como de 1 cm de espesor y 4 ó 5 cm de largo, condiméntala con ½ cucharadita de la sal y pimienta a tu gusto. Calienta un sartén grande a fuego fuerte y agrega un poquito de aceite vegetal, para dorar la carne agrega poca cantidad de cada vez al sartén y repite el proceso todas las veces que sea necesario hasta dorar la totalidad de la carne.  No sobrecargues tu sartén para que no baje demasiado la temperatura y así evitarás obtener una carne sancochada y grisácea por la cantidad de líquido que emanará de la misma, en vez de lograr un bonito sellado con un perfecto color dorado en los trozos de lagarto.

Mientras tanto pica finamente todos los vegetales, una vez termines con la carne resérvala en un tazón, baja un poco el fuego y agrega más aceite si te hace falta, incorpora los vegetales al sartén y, revolviendo constantemente, sofríelos hasta que estén ligeramente transparentes y se hayan tornado marroncitos, gracias a los restos de carne adheridos en el fondo y que seguramente ya se separaron al entrar en contacto con la cebolla. Transcurrido unos cinco minutos agrega la pasta de tomate y las especias, remueve hasta que todo se incorpore bien y cocina por un par de minutos más. Agrega ahora media taza de caldo, raspa con la cuchara de madera delicadamente el sartén para terminar de separar los restos adheridos y mezclar todo muy bien, sigue cocinando la preparación hasta que se haya reducido un poco el líquido y luego retírala del fuego.

En el tazón de tu olla de cocción lenta mezcla la carne, la salsa resultante del sofrito, la cucharadita de sal y el caldo restante, remueve todo muy bien, tapa tu olla y prográmala en low por 8 horas. Al transcurrir 6 horas agrega las caraotas negras precocidas y deja transcurrir el tiempo restante hasta completarlo por completo.
Rinde 6 porciones
Nota: si no tienes olla de cocción lenta igual podrás hacer esta receta, sólo agrega todo a una olla pesada y de fondo grueso preferiblemente, vierte una taza más de caldo, ya que habrá más evaporación durante la cocción por la temperatura más elevada, colócala a fuego muy bajito y cocina tu guiso por unas 3 o 4 horas, agrega las carotas y mantén la cocción por 1 hora más.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Uhmmm... cosas ricas para regalar


Me encanta regalar cosas ricas para comer y más aún que me las regalen, por eso me gusta compartir con ustedes esta iniciativa que ya tiene 2 años dándose en Caracas y que además de vender productos gourmet artesanales hechos en Venezuela, tienen otra cantidad de expositores que sirven comida para degustar allá. No se pierdan, si tienen oportunidad de pasar por allá un rato, el mercado gourmet que se realiza hoy en la Torre Corp Banca en la Castellana hasta las 6:00 p.m.
Si quieren más información acá les dejo el link Gourmet Lounge

Caldo de Res… amor a primera vista



O fondo de res como es llamado en el lenguaje de los cocineros profesionales, es un caldo hecho a base de huesos de lagarto, hueso blanco o cualquier combinación de ellos previamente tostados en el horno, los cuales le aportan un aroma especial y un color dorado obscuro. Recuerdo que fue una de mis primeras clases práctica cuando empecé a estudiar cocina, quedé prendada de su perfume a tal punto que lo hacía semanalmente con la excusa de practicar desenfrenadamente mi nueva actividad. Mi congelador se llenaba de tal manera de envases plásticos contenedores del preciado líquido que pasábamos semanas después comiendo todo tipo de sopa, risotto, salsa o platillo en cuya receta estuviese citado como ingrediente. Este caldo puede hacerse un domingo en casa tranquilamente sin ocupar tanto tiempo, de hecho picar tus vegetales, colocar los huesos encima y llevarlos a un horno muy caliente para tostarlos te llevará 15 minutos de preparación más una hora de cocción, para luego colocarlo todo en una cacerola grande de sopa, cubrirlo con agua y dejar que se cueza por 3 a 4 horas a fuego bajo mientras tú te dedicas a otra cosa. Aunque muchos libros de alta cocina hablan de clarificar el caldo de res, mediante una segunda cocción a la que se le agregan huevos enteros para que al coagularse las claras atrapen todas la “impurezas” que flotan en él y obtengas un caldo perfectamente cristalino parecido al jugo de manzana estadounidense, la realidad es que en muchos restaurantes no se cumple el proceso de clarificado y a decir verdad, yo ya no lo hago en casa y sigo preparando mis recetas con este rico caldo sin verse afectados el sabor ni la calidad de mis platos, por lo tanto ese será un proceso que te explicaré más adelante para tu cultura general y seas tú el que decida si llevarlo a cabo.
Ingredientes
1, 5 Kg de huesos de res*
1 cebolla grande
1 zanahoria grande
1 tallo de celery con sus hojas
1 tallo de ajo porro completo
1 tallo de cebollín completo
2 dientes de ajo enteros
Unas ramitas de perejil
10 granos de pimienta negra entera
1 hoja de laurel
2 cucharadas colmadas de pasta concentrada de tomate
3 litros de agua
*Usa una mezcla de huesos de res de ser posible que tengan algo de carne aún adherida, yo por ejemplo uso huesos de lagarto y chuleta de res y en algunas ocasiones también lo que llaman hueso blanco, aunque este último por lo general no trae restos de carne. A veces solo uso huesos de lagarto y los compro como ossobuco o lagarto con hueso  retirando parte de la carne que uso para otras preparaciones.

Preparación
Precalienta el horno a 425°F y pica toscamente todos tus vegetales. Sobre una bandeja de hornear coloca la cebolla, el celery, el ajo porro, el ajo, las zanahorias y extiéndelos a lo largo de la misma como en una especie de colchón sobre los cuales irás colocando los huesos de res a medida que los vayas frotando con la pasta concentrada de tomate, hornea tus huesos por 1 hora volteándolos a la mitad de la cocción. Una vez dorados traspasa todo a una cacerola grande y cúbrelos con el agua, agrega el cebollín, la hoja de laurel, el perejil y los granos de pimienta, lleva al primer hervor a fuego fuerte para luego bajar la temperatura al mínimo y dejar que se cueza tu caldo por 3 a 4 horas destapado. Ve retirando de vez en cuando toda la espuma que pueda formarse en la superficie con la ayuda de un cucharón o espumadera.
Una vez listo, cuélalo apretando bien las verduras contra el colador para extraer de ellas el máximo de líquido, permite que se enfríe y llévalo por una noche a la nevera, antes de congelarlo o utilizarlo en tu receta, retira toda la grasa solidificada en la superficie. Congela tu caldo en envases herméticos de diferentes tamaños, para 1 taza, dos tazas o medio litro y también puedes hacerlo en una hielera y disponer de el en cubitos para cuando lo necesites. Si usas el método de la hielera, es recomendable que una vez congelados los saques de las mismas y los almacenes en bolsas herméticas dentro de tu congelador.
Rinde 6 a 8 tazas de caldo
Truco: verás muchas recetas de caldo de res en el cual ponen un saquito llamado bouquet garní lleno de hierbas aromáticas como tomillo, romero entre otras. Compartiré contigo una enseñanza de mi profesor de cocina, si te restringes de colocarlo durante la cocción de tu caldo obtendrás un fondo neutro al cual podrás perfumar después con la hierba o especia que necesites en el momento de utilizarlo en tu receta. Así cuando lo necesito para una sopa de cebolla lo puedo perfumar con tomillo y nuez moscada; y si lo uso para un risotto de hongos los puedo aromatizar con romero o alguna otra hierba o especia. 

viernes, 2 de diciembre de 2011

Feliz Navidad para todos en cualquier lugar del mundo!!!


Nada más grato que desearles a todos que esta Navidad esté llena de ratos felices compartidos en familia con sus seres queridos, al fin de cuentas, son esos los que se lleva nuestro corazón al momento de nuestra partida. Pero antes que nada también necesito disculparme por estos meses de ausencia en este blog, meses difíciles en los que hemos tenido que superar perdidas familiares que causaron una profunda tristeza y de los cuales surgieron luchas entre las metas personales y el dolor profundo que conlleva a la reflexión de las mismas. Pero hay que seguir adelante y compartir lo más que se pueda con la gente, la que está a tu lado porque vive contigo, la que está cerca porque están en el mismo país y con la que está al otro lado de esta pantalla en otra parte del mundo y con la cual nos comunicamos por la maravilla tecnológica del internet. Por lo tanto compartamos todas aquellas anécdotas y recetas que puedan llevarnos a sentarnos juntos alrededor de una buena mesa en la fiesta más grande del mundo, el nacimiento de Jesús.

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