martes, 27 de marzo de 2012

Ensalada de Bacalao a la parrilla… una opción fresca para el verano



En estos días de tanto calor lo que más provoca es comer platos refrescantes con cocciones rápidas o al aire libre y, aunque también son días lluviosos para los venezolanos, siempre encontramos la manera  a veces improvisando “techos” para la parrilla y otros, como yo, que la hacen incluso dentro de casa, buscando métodos con los cuales aprovechar el fuego sin el humo del carbón. En mi memoria hay más de un recuerdo de ver a un familiar junto a la parrillera con un paraguas para no mojarse ni él ni la comida. Bueno no sé cuál sea tu caso o si en tu país no llueve en verano, lo que sí sé es que puedes hacer esta ensalada con el pescado recién salido de la parrilla o aprovechar lo que sobró para hacerla al día siguiente y, junto con unas tostadas de casabe, tener un almuerzo fresco, ligero y diferente. Soy amante del bacalao pero siéntete en libertad de cambiarlo por cualquier otro que te guste más, sólo ásalo y desprende su carne en lascas grandes para luego mezclarlo con unos vegetales, huevo cocido, un buen aceite de oliva y vinagre. Disfruta de ella en la oficina, en la playita o en un día de campo aprovechando lo que quedó de esta parrillita, sin desperdiciar nada.
Ingredientes
1 lomo de bacalao a la parrilla o lo que te haya sobrado del día anterior
3 tomates cherry
¼ de aguacate
1 a ½ tazas de antipasto de caraotas mixtas
2 huevos cocidos
Aceite de oliva y vinagre al gusto
Sal y pimienta al gusto
Opcional: puedes agregar unas aceitunas negras y completar la influencia mediterránea de esta ensalada, además de cambiar el vinagre de vino blanco por vinagre balsámico.
Preparación
Separa la carne del pescado en trozos grandes y resérvalo. Pica el aguacate en cubos grandes, los tomates al medio o en cuartos al igual que los huevos, como tú prefieras, y mézclalos con el antipasto en un tazón grande junto con la sal, la pimienta, las aceitunas si las usas y el bacalao.  
Rinde 2 porciones

lunes, 26 de marzo de 2012

Filet Mignon con Champiñones al Oporto… alianza Franco-Portuguesa



Shhh!!!  Me atrevo a decirte que son pocos los cocineros que no tienen como objetivo alguna vez en su vida lucirse con un plato que incluya el filet mignon, pero no se lo digas porque probablemente lo guarde en secreto. Si bien este es el corte de carne más blando, lujoso y relacionado con la alta cocina del mundo, en especial la francesa, no deja de ser un clásico de bistró servido con las tan populares papas fritas, de las cuales hoy se discute su origen. Envueltos o no en tocineta, los medallones de lomito se prestan para combinarlos con infinidad de ingredientes en ricas salsas que puedes hacer rápidamente en el sartén al momento de cocinarlos. Lo único importante que debes tomar en cuenta para prepararlos con éxito es dorarlos relativamente rápido, retirarlos y mantenerlos calientes en un horno a temperatura media por unos minutos, mientras preparas la salsa en el sartén donde los doraste. Seguramente te pasará como a mí, tendrás que practicar unas cuantas veces, pero luego podrás lucirte con cualquier invitado a comer en tu casa y, en el mejor de los casos, no tendrás que estar 24 horas en la cocina para servirle un banquete espectacular. Acompáñalos con una ensalada verde y unas ricas batatas gratinadas que te darán tiempo de echarte un bañito y arreglarte mientras se cuecen en el horno,  para luego sólo dedicarte a la carne sin estar pendiente de otra hornilla en la cocina.
Ingredientes
4 medallones de lomito de entre 180gr a 200gr cada uno
200gr de champiñones cortados en láminas delgadas
1 cebolla pequeña picada en cuadritos lo más pequeños posibles
½ taza de vino de Oporto
½ taza de caldo de res
2 cucharadas de mantequilla + 2 cucharadas de mantequilla muy fría (helada)
Aceite vegetal para dorar la carne
Sal y pimienta al gusto

Preparación
Unos 15 a 20 minutos antes de cocer tu carne, retira los medallones de la nevera y de la envoltura plástica, colócalos en un plato sobre unas 3 a 4 hojas de papel de cocina y luego cúbrelos con un par de hojas más de papel, presionándolas ligeramente sobre la carne para que se adhieran a la superficie. Déjalos así con el papel a temperatura ambiente para que pierdan el frío de la refrigeración y para que el papel absorba toda la humedad que tengan, este proceso te ayudará a obtener un buen dorado de la carne al momento de la cocción y no bajará en exceso la temperatura de tu sartén al colocarlos en ella. Por otro lado, enciende el horno y deja que caliente todo este tiempo para tenerlo a punto al momento que lo requieras para mantener la carne caliente, la otra opción que puedes usar es calentar muy bien una bandejita de horno o un plato en el microondas, una vez lista la carne colócala sobre el plato caliente y tápalo con papel aluminio, resérvalo en un lugar cercano al calor de la cocina.
Transcurrido este tiempo, coloca al fuego un sartén grande y permite que se caliente muy bien por unos minutos a fuego medio alto, mientras tanto retira todos los papeles de cocina de tus medallones, sazona con sal y pimienta y úntalos con un poco de aceite por ambos lados, por otro lado disuelve la maicena en el caldo de carne frío y resérvalo hasta el momento de usarlo. Ya lista la sartén, agrega un poquito más de aceite y coloca tus medallones tratando de no llenar demasiado tu olla, si la que usas es pequeña tendrás que dorar tu carne por tandas, debe quedar un buen espacio entre uno y otro para que no baje mucho la temperatura y se cuezan en vez de sellarse y dorarse, deja que la carne dore por unos 6 a 8 minutos por lado sin moverlos de sitio ni estar levantándolos constantemente para ver su color porque la manipulación hará que la carne suelte sus jugos en vez de retenerlos una vez más, afectando el proceso de dorado. Pasados estos minutos, dale la vuelta a tus medallones y una vez más dóralos por el otro lado sin tocarlos. Ya lista la carne retírala del sartén y resérvala caliente con cualquiera de los métodos que te describí anteriormente. 
Pon de vuelta el sartén al fuego (sin limpiarla), baja ligeramente el fuego agrega 2 cucharadas de mantequilla y luego la cebolla picadita, con la ayuda de la cuchara de madera y gracias a los jugos que suelta la cebolla te será muy fácil ir raspando todos los restos de carne que hayan quedado pegados en el fondo, los cuales llenaran de sabor tu salsa, deja cocer la cebolla hasta que este ligeramente transparente, ahora agrega los champiñones y saltéalos ligeramente, incorpora el vino de oporto y cuece todo hasta que casi se hayan evaporado todos los líquidos del sartén. En este punto agrega el caldo, sal, pimienta y termina de cocer tu salsa hasta que espese ligeramente, ya con la consistencia deseada retírala del fuego.
Agrega una cucharada de mantequilla helada a la salsa en el sartén removiendo constantemente hasta que se disuelva y se incorpore totalmente, seguido, agrega la cucharada restante de mantequilla helada y repite el proceso, eso le dará a tu salsa cuerpo, brillo y una textura sedosa sin necesidad de agregar harina. Una vez lista solo tendrás que rectificar la sal, servir tus medallones en los plato o la bandeja de servicio y bañarlos con esta rica salsa oscura de vino y hongos.
Rinde 4 porciones

jueves, 22 de marzo de 2012

Antipasto de caraotas mixtas… una relación ganar-ganar



La forma más sencilla y económica de agregarle valor nutricional a tus comidas diarias definitivamente es incluir las legumbres como una fuente sana de proteínas. Puedes disfrutarlas solitas con un poquito de aceite de oliva, vinagre, sal y pimienta; hacer de ellas un antipasto más diverso agregando ajo, perejil, además se hace en un dos por tres. Si no tienes caraotas precocidas y pimentones asados en la nevera, lo cual sería un poco más sano y sin tantos conservantes, puedes comprarlos enlatados y con simplemente con mezclar todo en un tazón tendrás un platillo donde el que ganas eres tú. Yo por mi parte siempre cuento con este antipasto en la nevera, si es hora de almuerzo y no he cocinado aún lo mezclo con un tomatico, aguacate y un atún enlatado, un huevo cocido o queso de cabra. Agrega otras legumbres como lentejas, garbanzos o incluso mezcla las caraotas blancas con negras y obtén lo que llamamos en Venezuela una combinación dominó, el límite de colores y sabores puede ser infinito, sólo deja volar tu imaginación para que te lleve a lugares que aún no has conocido.
Ingredientes
½ tazas de caraotas blancas precocidas
½ tazas de carotas rojas precocidas
1 pimentón asado en julianas finas
1 diente de ajo pequeño finamente picado
½ cucharadita de perejil liso picadito
Sal, pimienta, aceite de oliva y vinagre de vino blanco al gusto.
Puedes sustituir el vinagre de vino por un buen vinagre balsámico y además agregar albahaca y orégano fresco o seco.
Preparación
Mezcla todo en un tazón y guárdalo en un recipiente hermético o un lindo frasco de vidrio con tapa en tu nevera. Bien conservado con la ayuda del aceite y el vinagre tu antipasto puede durarte por lo menos una semana en el refrigerador.
Rinde 3 tazas

Puedes acompañar el roast beef o la tortilla d bacalao con este delicioso antipasto

lunes, 19 de marzo de 2012

Sopa con hongos y legumbres al jerez… reconfortante en cada bocado.



¿Cuántas veces abres la nevera y a pesar de tener comida hecha no te provoca comerte eso? A mí no te imaginas cuántas. En una casa donde siempre se está cocinando previendo ganar tiempo a la hora del almuerzo por lo que muchas veces tengo listo algo en la nevera, hoy me provocaba comer algo distinto, pero sobre todo reconfortante, entonces busqué en mi refrigerador esperando como en una especie de inspiración “divina” a ver qué conseguía y qué podía hacer con ello. Me topé con un contenedor con dos tazas de caldo de carne que había descongelado para otra preparación, unas caraotas blancas precocidas que me sobraron al hacer el antipasto, unos hongos frescos y ajo porro, el cual nunca falta en mi nevera. Que me disculpen los que como yo son seguidores de Mafalda pero que, a diferencia de mí, como a ella no les gusta la sopa, pienso que a la hora de tener hambre (y más que hambre fatiga) y no hay mucha paciencia para esperar, nada es más reconfortante que un plato de sopa caliente, hecho en 15 minutos y acompañado de unas tostadas con queso. Gracias a Dios que también me quedaba un poco de queso de cabra cremoso y unos tomates cherry,  junto al pan integral, por lo cual decidí que mi almuerzo el día de hoy sería una sopita con hongos y caraotas blancas al jerez, acompañado de unas bruschettas de queso de cabra con los tomaticos y orégano fresco. Les digo que el almuerzo quedó estupendo, pero juzguen ustedes si es que yo tenía demasiada hambre o si en realidad, después de prepararla ustedes mismos, vale la pena compartirla. Me encantaría saber cuáles recetas has improvisado y que la compartas con nosotros a través de este blog.
Ingredientes
2 tazas de caldo de res
½ taza de agua
1 taza de hongos frescos en finas láminas
1 taza de caraotas blancas precocidas
1 tallo de ajo porro en rueditas
2 a 3 cucharadas de jerez
Sal y pimienta al gusto
1 cucharada generosa de aceite de oliva
1 cucharada de mantequilla
1 cucharada de ciboulette picadito (opcional)
Preparación
Derrite la mantequilla junto con el aceite de oliva en una cacerolita, agrega el ajo porro y saltéalo por un par de minutos y agrega los hongos, deja que cuezan por unos 8 minutos removiendo de vez en cuando, transcurrido ese lapso agrega el caldo, el agua, el jerez y las caraotas, salpimienta tu sopita y cuécela de 5 a diez minutos más. Sírvela de inmediato con una cucharadita de ciboulette picadito y acompañada de estas deliciosas bruschettas.
Variante: puedes sustituir las caraotas blancas por cebada precocida sólo que en menos cantidad.
Rinde 2 porciones

viernes, 16 de marzo de 2012

Bruschettas integrales de queso de cabra… ¿qué puede ser más rico que pan, queso, ajo y tomate?



Para mí lo máximo, casi no puedo vivir sin estos alimentos a mano, un bocadillo a media mañana, acompañar una sopita o una ensalada, definitivamente es uno de mis pecados. Pero puedes buscar alternativas para el pan blanco sustituyéndolo por pan integral, tortillas de trigo integral o casabe, un poco menos dañino para aquellos que como yo somos gorditos o para los que deben restringir el tipo de carbohidratos que consumen por razones médicas como la diabetes. Si no te has acostumbrado aún al sabor del pan integral, esta es una combinación que te ayudará. Con el tiempo, incluso podrá pasarte como a muchos que terminan por cambiarlo totalmente porque tiene mucho más sabor y textura que cualquier pan blanco pre-empacado de calidad media que consigas en el mercado. Puedes usar la hierba aromática que más te guste, puede ser fresca o deshidratada y también puedes sustituirla por un queso de cabra que ya la contenga. Lo que si debes tomar en cuenta es que, además de saber muy bien, un plato que luzca apetitoso por contraste de colores siempre será más agradable visualmente sin tener que llegar a los extremos de la alta cocina y eso, amigos míos, es lo que yo llamo la buena vida.
Ingredientes
2 rebanadas de pan integral
4 tomates cherry
8 cucharaditas de queso de cabra aproximadamente, puedes poner la cantidad que gustes
Orégano fresco
1 diente de ajo sin piel
Sal y pimienta
Aceite de oliva

Preparación
Pica los tomates al medio y luego rebana cada mitad en cuatro diagonalmente o como te sea más fácil. Tuesta tus rebanadas de pan y al salir del horno frota ligeramente por una de sus caras un diente de ajo, pica tus tostadas en cuatro bastones cada una. Con la ayuda de una espátula y una cucharilla coloca cada porción de queso sobre cada pancito, luego las rebanadas de medio tomate, un chorrito de aceite de oliva, sal, pimienta y las hojitas de orégano. Sírvelas como acompañante o como unos deliciosos abrebocas en cualquier reunión.
Rinde 8 bastoncitos, 2 porciones

lunes, 12 de marzo de 2012

Risotto de Cebada con Hongos Salteados y Aceite de Albahaca… una alternativa novedosa



Si eres amante del risotto tanto como lo soy yo, acá te traigo una receta riquísima y diferente. La cebada, al igual que el arroz, también es un cereal sólo que  no tiene tan alto contenido de azúcares en su almidón y, por consiguiente, es una alternativa para aquellos que nos gusta un buen risotto en los momentos en que los carbohidratos cuentan en un plan de alimentación restringida además ser una opción para quienes que, por problemas de diabetes, no pueden comer arroz. Es más que perfecta, tiene la misma cremosidad que desarrolla el arroz arborio en este tipo de cocción, es ligera para la digestión y queda perfectamente al dente. La combinación de los hongos salteados y el aceite de albahaca llevan a este clásico de la cocina italiana a otra dimensión. No dejes de probar cosas nuevas cada vez que puedas, descubrirás que tu abanico de sabores puede llegar a ser infinito. Espero que la disfrutes, Bon Appetit.
Ingredientes para el Aceite de Albahaca
4 cucharadas de aceite de oliva extra virgen
Albahaca suficiente para llenar una taza sin presionarla, o ½ taza cuando la conpactas
Ingredientes para el Risotto y los Hongos Salteados
1 taza de cebada perlada previamente hidratada*
2 tazas de caldo de pollo
1 ½ tazas de agua
½ cebolla morada mediana
300 gr de hongos**
1 limón pequeño
4 cucharadas de mantequilla sin sal
1 ½  cucharaditas de aceite de oliva
3 ramitas de tomillo
½ taza de vino blanco seco + 2 cucharadas
1 taza de queso parmesano rallado + queso parmesano rallado para decorar
Sal y pimienta al gusto
*para hidratar la cebada colócala en un tazón grande y cúbrela con agua por lo menos 3 horas o toda la noche antes de preparar tu risotto.
**para esta receta utilicé los tradicionales hongos blancos de botón pero puedes usar hongos portobellos o cremini, si están a tu disposición en tu supermercado favorito.
Preparación
Cuela y pasa por agua corriente la cebada dejándola escurrir muy bien, coloca al fuego una cacerolita con el caldo y una taza y media de agua a fuego bajo. Mientras éste se calienta, pica finamente la cebolla, rebana la mitad de los hongos en láminas delgadas y la otra mitad pícala en cuartos u octavos, dependiendo de la variedad de hongos que estés usando y reserva estos últimos aparte en un tazón.
Para preparar el aceite de albahaca, coloca tus hojas en el recipiente de un procesador pequeño, o en el vaso de una licuadora, agrega las 4 cucharadas de aceite y procesa hasta obtener un aceite verdoso cuidando que las hojas estén trituradas pero no licuadas del todo. Reserva tu aceite hasta el momento de servir los platos.

Pon al fuego una cacerola grande de fondo pesado preferiblemente y agrega una cucharada de mantequilla junto con una cucharadita de aceite de oliva, una vez caliente y derretida la mantequilla baja la llama a la mitad de la potencia e  incorpora la cebolla, cuécela removiendo constantemente por unos 5 a 8 minutos o hasta que este transparente pero sin dorarse, agrega los hongos rebanados y un puntito de sal, sigue la cocción hasta que los hongos hayan reducido de tamaño y cambien su color a marrón dorado. Una vez en este punto agrega la cebada previamente escurrida, aumenta de nuevo la potencia de la llama y saltea todo removiendo constantemente por 1 minuto para luego agregar la ½ taza de vino, cocina unos minutos hasta que prácticamente se evapore.

Ahora empezaremos a agregar la mezcla de caldo caliente por cucharones, baja el fuego casi al mínimo para que no se evapore tan rápido y empezamos por incorporar dos cucharones de caldo al risotto, una vez se haya evaporado casi todo agregas de nuevo uno o dos cucharones más, siempre removiendo para que no se pegue al fondo y para ayudar a que la cebada vaya soltando el almidón necesario para la textura final de este riquísimo plato. Sigue repetida y lentamente la incorporación de líquido durante más o menos 25 minutos o hasta que tu cebada este al dente y el líquido se hay reducido lo suficiente hasta obtener la apariencia de un atol de avena.

Entre tanto está lista tu cebada, coloca al fuego un sartén mediano a fuego moderado y agrega una cucharada de mantequilla y ½ cucharadita de aceite de oliva, una vez caliente agrega los hongos picados en cuartos y saltéalos rápidamente y sin remover demasiado para que no boten líquido hasta que se doren por todos sus lados, ya dorados agrega las 2 cucharadas de vino blanco restantes, el jugo de medio limón y sal y pimienta a tu gusto. Al evaporarse por completo el vino retíralos del fuego.

Una vez listo, apaga el fuego, agrega 1 taza de parmesano rayado, el jugo del medio limón restante, un poquito de sal y pimienta y remueve para mezclar todo muy bien, si se pone muy espeso agrega un poquito más de caldo si aún tienes o un poquito de agua, vuelve a mezclarlo todo y tapa la olla dejando reposar el risotto un par de minutos, tiempo ideal para preparar los platos de servir colocando unas 2 a 3 cucharaditas de aceite de albahaca en el fondo del plato distribuyéndola por toda la circunferencia del mismo. Por último agrega dos cucharadas de mantequilla al risotto una vez transcurrido el tiempo de reposo, remueve hasta incorporarla completamente, rectifica la sal y sírvelo de inmediato decorando por encima cada platillo con una porción de hongos salteados, una cucharadita adicional de aceite de albahaca y parmesano rayado. Si gustas puedes agregar un poco más de pimienta recién molida.

Rinde 4 porciones
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